Tus bacterias intestinales también afectan al corazón – Microbiota y riesgo cardiovascular
¿Quién no ha escuchado la frase de “cuidar la flora intestinal es importante”? En los últimos años se ha hablado mucho de la importancia de nuestra flora intestinal y de cómo las bacterias que viven en nuestro intestino influyen en el sistema digestivo y en nuestras defensas. Pero lo que quizá resulta sorprendente es que también pueden afectar directamente a nuestro corazón y sus arterias.
Un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), en Madrid, ha descubierto que ciertas bacterias intestinales producen una molécula capaz de viajar hasta la sangre y activar procesos inflamatorios en las arterias. Esa inflamación, mantenida en el tiempo, favorece la aterosclerosis, una enfermedad en la que las arterias se van estrechando por la acumulación de grasa y placas, aumentando el riesgo de infarto o ictus.
Para entenderlo de manera sencilla, podemos imaginar nuestras arterias como tuberías por las que circula el agua. Con el paso del tiempo, si en esas tuberías se acumula cal y óxidos, el agua fluye peor y puede llegar un momento en que se obstruya. Algo parecido ocurre en nuestro organismo: las placas de ateroma formadas por grasa e inflamación actúan como esa cal y óxidos en nuestras arterias, y la molécula generada por algunas bacterias intestinales sería como un producto corrosivo que acelera la formación de esos depósitos de grasa generando aterosclerosis. Pues bien, la molécula que identificaron los investigadores es el imidazol propionato (ImP), que se origina cuando ciertas bacterias de los géneros Clostridium, Streptococcus y Peptostreptococcus descomponen la histidina, un aminoácido presente en muchos alimentos.
El hallazgo confirma que el microbioma intestinal tiene un papel fundamental en la salud cardiovascular, lo que significa que no solo importa lo que comemos o el ejercicio que hacemos, sino también cómo se comportan esas bacterias que conviven con nosotros. En el futuro, entender y controlar esa relación podría convertirse en una estrategia clave para prevenir infartos y otras enfermedades del corazón. Por ahora, el mensaje es sencillo: cuidar de nuestra alimentación y favorecer un intestino sano no solo beneficia a la digestión, también puede ser una inversión para proteger a nuestro corazón.
Referencia: Jiménez-Borreguero L.J. et al. (2025). Gut Microbial Metabolite Imidazole Propionate Impairs Endothelial Cell Function and Promotes the Development of Atherosclerosis. Arteriosclerosis, Thrombosis, and Vascular Biology. American Heart Association. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/40143816/